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Esto ya parece que entra en su recta final así que esta vez le dedicaremos un poquito más de los típicos 5 minutos improvisados, es lo que tiene ser un escritor precóz, que escupe todo sin pensar mucho.

Hoy toca hablar sobre las amenazas, todos deberíamos sentirnos amenazados por un poder corrompido cuyo único objetivo de placer es nuestro dolor, sin embargo hay mucha gente que lo abraza, incluso aún que no son conscientes del mal que están amparando. Si una cosa tengo clara con todo esto es que no existe ninguna cura contra la estupidez humana. Por eso cuando alguien no tiene ninguna razón para convencerte utiliza las amenazas. Amenazas vacías de razonamiento que recuerdan màs a los discursos del pequeño Joseph que a chillidos contra la razón. Amenazas que consiguen amedrentar a más de uno del montón pero para los que hay una raza inmune a sus poderes de persuasión. Ese grupo de humanos es la única resistencia que se opone a los planes malvados de vuestro amo. Intentar ponerle nombre a vuestro dueño es un acto absurdo e inútil ya que se trata de un engranage que lleva miles de años con precisión similar a la de un reloj suizo. La única solución posible es apartarse del camino marcado y aunque todos podemos poner nuestro granito de arena, la única solución posible será colectiva. El mayor problema de la comunicación es que no escuchamos para entender escuchamos para contestar.

Al final le he acabado dedidando los mismos segundos que siempre al escrito, pero la intención ahí estaba…


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